En los últimos días he observado cierta tendencia entre los "periodistas" deportivos o los que viven del deporte en el mundo de los medios, a criticar el estado de forma de Lionel Messi. Sí, el argentino menudo que no se cansa de romper récords, y que lleva 202 goles (y 3 Champions y 4 Ligas y una Copa del Rey...y etc, etc, etc) a sus inocentes 24 años. Muy acertado me parece Joaquim María Puyal cuando se refiere a él con este simpático juego de palabras: "i més, i més, i més...messi" haciendo referencia a que es un jugador eterno.
Es evidente que a ni uno solo de los periodistas que han escrito sobre su estado de forma se le ha pasado por la cabeza en ningún momento que Messi pudiera estar atravesando un bache. Puesto que 3 partidos sin marcar no es ningún dato alarmante, ya que a lo largo de la historia de la liga encontramos un sinfín de hombres-gol que pasaron semanas y hasta meses sin ver puerta.
Lo que me ha llamado poderosamente la atención es ver que algunas firmas destacadas en este mundillo como es el caso de Michael Robinson, se han unido a la fiesta. El comentarista de Canal + dedicaba la semana pasada en su blog un espacio a hablar de la crisis de Messi y 5 días (y media docena de goles del argentino) más tarde dedica el mismo espacio a debatir si Messi es el mejor goleador de la historia. Se trata de un "donde dije digo, digo Diego" en toda regla, pero si vamos un poco más allá podemos sacar alguna que otra conclusión.
Queda demostrado, por enésima vez, que en el mundo del fútbol no hay cosas que decir cada día. Debería hablarse de fútbol para dar crónicas de los partidos, opiniones de expertos, análisis en profundidad...los días de partido; pero de ahí a tener que publicar a diario, la materia en sí se queda corta, muy corta. Y entonces sucede que se dedican periódicos enteros de 70 hojas a hablar de una cosa que a lo sumo debería ocupar 5.
El principal problema es que demasiada gente vive de esto como para pasar a publicar días alternos o simplente los días de partido. Hoy en día escribe todo el mundo de deporte con mayor o menor acierto. Parece que hay cabida para todos y nadie vela en favor del gremio en cuestión. Y así las cosas, se ha llegado a montar tal circo que ha dado cabida a programas de tertulia televisiva que guardan una pequeñísima relación con el deporte, pero que se sirven de éste para amparar todas las sandeces que se les pasan por la cabeza a personajes de lo más opuestos en opiniones y equipos. Convierten el plató televisivo en un gallinero de infieles a su profesión que luchan por un minuto de gloria que les convierta en líderes de audiencia. Hoy por hoy, Roncero es a Intereconomía lo que Belén Esteban a Telecinco. Y sin embargo son probablemente dos de los personajes que dan más que hablar en este nuestro país. Eso sí, dan que hablar a aquella masa más pobre intelectualmente hablando, que necesitan estos programas para llenar sus vidas. Ese es, a mi juicio, uno de los grandes problemas de España: que una gran parte de la población vive pendiente de un insustancial programa de televisión: llámese "Mujeres y hombres..." o "Punto y pelota". Por muy triste que parezca, más gente de la que lo confiesa ve esos programas y es tema de conversación en bares, peluquerías, ascensores, comidas de negocios...
Es cutre, muy cutre; y hortera, y desagradable, y desaconsejable de ver...podría ponerme a dar calificativos pero no terminaría nunca. Quizás debería crearse un Defensor de la Audiencia televisiva que intentase salvarnos de esta fuente de incultura y de pobreza. Que alguien medie por la cultura de este país. El Ministro de tal cartera debería tomar armas en el asunto y cortar por lo sano este tipo de programas, y multar con penas que vayan más allá de lo económico a según que personajes por el bien del intelecto de los españoles.
Basta ya de mentecatos...la televisión tiene un gran poder: hagamos que aparecer en ella sea un premio para contenidos que valgan la pena. Hoy por hoy no es más que un engañabobos sensacionalista que busca dar un golpe de efecto en la insustancial vida de muchos.
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