Amigo Floren,
Ayer pude escuchar el enésimo capítulo
de su protervo esperpento. Lo que está
usted haciendo en esta segunda etapa al frente de una de las instituciones más
importantes del país bien podría titularse como aquél programa televisivo de hace unos años capitaneado por un conocido humorista español, tocayo suyo.
Querido, ha perdido usted los
papeles, si es que algún día los encontró, y se ha ahogado en su propio poder. Ha
intentado por todos los medios frenar la hegemonía de un club que ha
maravillado y enamorado al panorama futbolístico europeo, pero no sólo al
futbolístico. Le ha tocado a usted convivir con un modelo deportivo y de valores
excelso, y lejos de aceptarlo modestamente ,ha tratado imponer su ley, haciendo
el ridículo una vez tras otra.
Primero probó de silenciar el
hito del triplete culé, derrochando (usted y toda España) 100 millones de euros
para contratar al segundo mejor futbolista del mundo. Luego pagó a la prensa, (cutre,
que es usted un cutre) para que ésta desestabilizase al eterno rival por
métodos huérfanos de valores. Insinuaciones que traspasan la duda lícita del
periodismo.
No funcionó el plan A y contrató
un plan B todavía más ambicioso, más millones al aire en una España sumida en
la catástrofe. Contrató a una especie de alter ego suyo para tiranizar el área deportiva de su institución. Alguien
que plasmase a la perfección su arrogancia, su arribismo y su imagen de poder, trayendo al guapo y excéntrico Mourinho. Un tipo que ha sembrado el odio en
propios y extraños. Un hombre sin escrúpulos que se ha terminado perdiendo en su propio
personaje, quedándose sin recursos viendo como la plantilla no le seguía
en su mezquina marrullería que trataba de arrasar a todo aquél que tosiese en
contra de sus intereses.
Un hombre que vino para “devolver
a su institución al lugar que merecía” como se jacta usted, y que hoy es el hazmerreír
de España entera. Ha destruido internamente al club, y ha dejado una imagen
infame en el mundo, y lo peor de todo, que dicha imagen apenas se hace eco en
el deporte (que también), si no que ha sido a nivel institucional.
No contento con ello, comparece
usted cual cacique, a bombo y platillo para…no anunciar NADA. Sólo para
intentar silenciar dos éxitos acontecidos uno y dos días antes de su paupérrima
rueda de prensa. Dos éxitos que se han fraguado estrictamente en el campo y que
le han pasado la mano (y lo que no es la mano) por la cara a su Real Madrid: el
incontestable triunfo en la Liga
de su eterno rival, y la colosal victoria del vecino y enemigo, logrado con
motivos futbolísticos pero sobre todo con un ejemplo de raza y casta encombiables, en su
propio estadio, el Santiago Bernabeu, que ahora entendemos todos porqué
necesitaba la remodelación de sus lavabos: para albergar su gestión, que
ha sido una gran cagada.