martes, 21 de mayo de 2013

Es usted un cutre, oiga.



Amigo Floren,

Ayer pude escuchar el enésimo capítulo de su protervo esperpento. Lo que está usted haciendo en esta segunda etapa al frente de una de las instituciones más importantes del país bien podría titularse como aquél programa televisivo de hace unos años capitaneado por un conocido humorista español, tocayo suyo.

Querido, ha perdido usted los papeles, si es que algún día los encontró, y se ha ahogado en su propio poder. Ha intentado por todos los medios frenar la hegemonía de un club que ha maravillado y enamorado al panorama futbolístico europeo, pero no sólo al futbolístico. Le ha tocado a usted convivir con un modelo deportivo y de valores excelso, y lejos de aceptarlo modestamente ,ha tratado imponer su ley, haciendo el ridículo una vez tras otra.

Primero probó de silenciar el hito del triplete culé, derrochando (usted y toda España) 100 millones de euros para contratar al segundo mejor futbolista del mundo. Luego pagó a la prensa, (cutre, que es usted un cutre) para que ésta desestabilizase al eterno rival por métodos huérfanos de valores. Insinuaciones que traspasan la duda lícita del periodismo.

No funcionó el plan A y contrató un plan B todavía más ambicioso, más millones al aire en una España sumida en la catástrofe. Contrató a una especie de alter ego suyo para tiranizar el área deportiva de su institución. Alguien que plasmase a la perfección su arrogancia, su arribismo y su imagen de poder, trayendo al guapo y excéntrico Mourinho. Un tipo que ha sembrado el odio en propios y extraños. Un hombre sin escrúpulos que se ha terminado perdiendo en su propio personaje, quedándose sin recursos viendo como la plantilla no le seguía en su mezquina marrullería que trataba de arrasar a todo aquél que tosiese en contra de sus intereses.


 Un hombre que vino para “devolver a su institución al lugar que merecía” como se jacta usted, y que hoy es el hazmerreír de España entera. Ha destruido internamente al club, y ha dejado una imagen infame en el mundo, y lo peor de todo, que dicha imagen apenas se hace eco en el deporte (que también), si no que ha sido a nivel institucional.

No contento con ello, comparece usted cual cacique, a bombo y platillo para…no anunciar NADA. Sólo para intentar silenciar dos éxitos acontecidos uno y dos días antes de su paupérrima rueda de prensa. Dos éxitos que se han fraguado estrictamente en el campo y que le han pasado la mano (y lo que no es la mano) por la cara a su Real Madrid: el incontestable triunfo en la Liga de su eterno rival, y la colosal victoria del vecino y enemigo, logrado con motivos futbolísticos pero sobre todo con un ejemplo de raza y casta encombiables, en su propio estadio, el Santiago Bernabeu, que ahora entendemos todos porqué necesitaba la remodelación de sus lavabos: para albergar su gestión, que ha sido una gran cagada.

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