Pomposa, con una trama fácil de seguir pero con poco espacio para la sorpresa. Probablemente por ahí andaría la crítica
negativa: una vez se ha planteado la situación y el hilo conductor, y hemos
ubicado a los personajes, tan solo cabe ir dejando pasar los minutos
(excesivos), siempre atentos pensando que alguna artimaña del guionista hará
despegar a la película y logrará hacer que el espectador salga de la sala con
cara de tonto, pero desgraciadamente ese momento lo sigo esperando mientras
escribo estas modestas impresiones.
Y entonces, ¿a qué tantas nominaciones y tan
buena crítica? Bueno pues el listado de cosas destacables, positivas e incluso
magníficas que tiene esta obra de David O.Russell (Silver Linings
Playbook, The fighter) es largo. Para empezar y por aquello de predicar con el
ejemplo de la propia película y sacar el ‘As’ de buenas a primeras, diré que el elenco
es incomparable. A la flamante ganadora del Oscar Jennifer Lawrence
(grandiosa actriz, que sin embargo empieza a sumar enteros para convertirse en
mi nueva Sandra Bullock, actriz que me ataca al sistema nervioso), se une un Bradley
Cooper que se encuentra en un momento increíble de su carrera, demostrando
que es algo más que una cara bonita, y una gran Amy Adams. Los tres
secundando a un colosal Christian Bale. Una auténtica bestia de la
pantalla, que invade cada escena con todos sus movimientos, miradas, gestos,
muecas, silencios...
El director no se contenta simplemente con contar
con grandes nombres sino que les saca mucho partido, logrando unos personajes
caracterizados de forma perfecta.
Pero no terminan aquí las lindeces de esta
película, pues tiene entre otras cosas una banda sonora de muchos quilates, de
las que hacía tiempo (con el permiso de ‘Searching for Sugarman’) que no
encontraba: Duke Ellington, Elton John, Paul McCartney, America, The
Tempations, David Bowie…¿sigo? No es necesario.
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